Expandir tu Luz


¿Qué es un masaje?

Un masajae es un encuentro entre dos seres a través del contacto de sus cuerpos buscando el bienestar. Tomar un masaje es dejarse caer en un reposo interior. Dar un masaje es un acto de entrega.

Cuando doy un masaje, me abro a escuchar y percibir con todos los sentidos los cuerpos de la otra persona (emocional, mental y físico). Asumo que no sé nada y que quien más sabe qué le viene bien en ese momento es quien recibe. Si bien tengo un conocimiento de por dónde ir en el cuerpo con mis manos, y cuáles caminos tomar, pongo este conocimiento al servicio de la otra persona, consultando qué necesita y cuál camino tomar.

Establecemos un acuerdo de que quien recibe es guía de su consulta. Durante toda la sesión te podés mover, cambiar de posición, hablar, pedir, susurrar, suspirar, quejarte, gritar si hay dolor y hasta incluso decir no. Si mis manos usan demasiada fuerza, si voy por una zona donde hay dolor, me podés decir y el masaje se torna más suave e incluso podemos prescinidir si masajear una zona si allí hay incomodidad.

Durante el masaje pueden despertarse recuerdos, pensamientos, emociones, zonas olvidadas de nuestro cuerpo y de nuestra psiquis también. Por ejemplo, si últimamente estás PENSANDO demasiado y en un estado de alta ACTIVIDAD, durante el masaje podés re-conocer y recuperar tu capacidad de percibir la sensación de SENTIR calma y mantenerte en PAZ.

Si hay un dolor específico, vos podés decidir si "entrar" allí con el masaje para aflojar el músculo y recordar, o dejar a esa zona descansar.

Para quien recibe puede ser, si quiere, un trabajo sobre sí mismo de dejarte recibir, ser sostenida, permitirte ser cuidada, recibir ayuda y cada momento percibir tu necesidad y decidir qué te viene bien: qué movimiento colabora con tu BIENESTAR.

Cuando doy un masaje, pongo al servicio mis conocimientos todos, sobre anatomía y personalidad, la teoría y la experiencia del trabajo que realicé sobre mí misma, y así como dando y recibiendo masajes. Durante toda la sesión contemplo mis pensamientos, emociones y mi cuerpo, me observo y me pregunto: "¿Esto que siento yo, es mío o es de la persona?", como manera de asumir mi no saber, con humildad, ocupo mi rol, en el deseo de no proyectar ni hacer suposiciones; asumiendo soy responsable de escuchar lo que la persona vino a buscar.

La persona que sana, también culmina la sesión con más ALEGRÍA y más CALMA, con la posibilidad también de IRRADIAR. En la escuela una, nos sanamos entre pares. Cada persona puede ayudar a otra que lo necesita. Vamos juntas.

Abrite al Universo. Entregate a tu cuerpo. Descubrí los mensajes que hay en ti. Irradiá tu luz.

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